"Estamos peor que en la huelga de 2018". Así de tajante se ha mostrado este martes la delegada de atención primaria de Metges de Catalunya (MC), Carolina Roser, que ha advertido que la falta de recursos humanos y el sobreesfuerzo sostenido de las plantillas está perjudicando gravemente la salud mental de los profesionales. "Nos vamos agotando y acabamos enfermando. Es estrés crónico: acabas claudicando y desarrollando ansiedad y/o depresión", ha explicado.
En declaraciones a El Periódico, Roser ha señalado que la COVID-19 ha empeorado una situación que ya era muy precaria en los centros de atención primaria (CAP). Por un lado, ha desplazado la atención del paciente crónico, y por otro, ha percutido el bienestar emocional y psicológico de los facultativos. Según ha ejemplificado, en su territorio, el área Metropolitana Nord del Institut Català de la Salut (ICS), las bajas laborales "se han triplicado en los últimos años", entre los médicos y las médicas. "Del 2% o 3% que estaban de baja en 2019, hemos pasado al 4,5% en enero de 2020 y el 9% en 2021".
En el epicentro de este deterioro extremo de las condiciones de trabajo, está la insuficiencia de personal. "La sobrecarga de trabajo es agónica", ha denunciado en La Vanguardia la secretaria del Sector Primaria ICS del sindicato, Lourdes Franco. "Queremos ver a los pacientes, como ellos nos piden. Es indispensable para hacer exploraciones y diagnosticar. Atender por teléfono aumenta la incertidumbre, supone más responsabilidad. Ojalá pudiera ser como antes de la COVID, pero hay que hacer las visitas con seguridad y necesitamos dedicarles suficiente tiempo, más si hace meses que no hemos visto el paciente. Por ello, la atención presencial se recupera poco a poco. No damos abasto", ha reconocido.
Roser ha remarcado que, en tiempos de crisis económica y social como la actual, los profesionales del primer nivel asistencial han tenido que reforzar su papel de muro de contención, ante la avalancha de consultas. "Tratamos muchas personas con ansiedad y depresión. Tenemos más motivos de consulta y mucho trabajo acumulado", ha manifestado. A ello, se añade el incremento de las listas de espera para pruebas diagnósticas en la atención hospitalaria, debido a la pandemia. "Así que estos pacientes que deben hacerse pruebas vuelven a la primaria porque no se encuentran bien".
Y este círculo se cierra en los servicios de urgencia hospitalarios. "El gran drama que están empezando a vivir ahora los hospitales es la cantidad de pacientes crónicos que reciben las urgencias, ante la dificultad de la primaria de controlar a los pacientes que tiene asignados", ha descrito el secretario general de MC, Xavier Lleonart, a El Periódico. De nuevo, la falta de profesionales se sitúa como el origen de un declive agonizante.