El secretario general de Metges de Catalunya (MC), Josep Maria Puig, ha interpelado directamente a los consellers de Salud y de Políticas Digitales y Administración Pública, Alba Vergés y Jordi Puigneró, respectivamente, para que no excluyan al sindicato médico de las conversaciones para gratificar al personal sanitario por el sobreesfuerzo que están realizando durante la pandemia del coronavirus. “Los facultativos no somos unas criaturas, somos unos profesionales y sería una injusticia que se nos dejara de lado”, ha dicho este miércoles en una entrevista simultánea en TV3 y el canal 324.
Puig ha respondido así al silencio que mantiene Vergés sobre la petición que le envió la organización hace casi dos semanas, para que concretase qué medidas tenía previsto adoptar el Govern para compensar los “sacrificios profesionales y personales” de los facultativos, y al anuncio que Puigneró hizo este domingo de plantear a los sindicatos de la Mesa General de la Función Pública, donde no están representados ni médicos ni enfermeros, la opción de dedicar 30 millones de euros de los fondos adicionales a una “retribución extraordinaria” para los sanitarios que luchan contra la COVID-19.
“Si hablan de nosotros, tenemos que estar. Deben tener en cuenta la opinión de los colectivos que están dando toda su fuerza física e intelectual para atender a la población”, ha añadido el dirigente sindical, que ha recordado que el personal médico ha sufrido una pérdida de poder adquisitivo de entre el 25% y el 30% como consecuencia de los recortes de los últimos 10 años.
En cuanto a la gestión de la pandemia, Puig se ha quejado de la falta de equipos de protección individual (EPI) para el personal asistencial que ha provocado que, de momento, un 15% de los contagios sean sanitarios –España es el país del mundo con más profesionales de la salud infectados por el coronavirus–. “Centralizar en el Ministerio de Sanidad todas las compras de EPI ha sido un error. Hace más de 30 años que está prácticamente inoperante, porque las competencias están transferidas a las autonomías y son éstas las que tienen centrales de compra potentes con una red de distribuidores conectados con los fabricantes. Está bien que haya un centro que coordine globalmente lo que se hace, pero una cosa es coordinar y la otra es encargarse de la operativa, cuando el ministerio es un organismo absolutamente oxidado y poco operativo", ha señalado.
Respecto al plan de desconfinamiento acordado por el gobierno central, Puig ha reclamado “prudencia”. “Si bien es cierto que hemos liberado infraestructura asistencial, necesitamos más tiempo para recuperar a las plantillas y recargar pilas, porque el esfuerzo físico y emocional ha sido muy importante”, ha explicado. “El riesgo de colapso de las unidades de cuidados intensivos (UCI) se ha alejado desde el punto de vista estructural, pero las máquinas requieren personal con experiencia y este es el eslabón más débil”.
Finalmente, Puig ha reiterado que los presupuestos de Salut aprobados recientemente por el Parlament “no serán suficientes” para levantar un sistema sanitario ya de por sí esquelético que, además, deberá hacer frente al gasto adicional provocado por la crisis del coronavirus. En este sentido, ha exigido a la clase política un cambio drástico “a la hora de valorar les necesidades reales de la sanidad para atender en condiciones a la población”.