Metges de Catalunya (MC) ha pedido formalmente al Institut Català de la Salut (ICS) que constituya con urgencia una comisión con la participación de los agentes sociales para analizar la situación de la atención primaria y definir medidas que "corten inmediatamente la asfixia en que trabajan los profesionales del primer nivel". El sindicato médico recuerda que los problemas de presión asistencial se arrastran desde hace más de una década, pero ahora se han visto agravados por los recortes y por la incorporación de soluciones tecnológicas que han "sobrecargado, ralentizado y burocratizado las consultas".
La organización señala que hay suficientes indicadores para objetivar la problemática de la atención primaria. Por una parte, el presupuesto destinado por el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) en la primera línea asistencial que se ha reducido un 25% desde el año 2007 (de 1.716 millones de euros a 1.377), y, por el por otro, la plantilla de facultativos que, sólo en el caso del ICS, sin contar los centros concertados, ha pasado de 6.819 médicos de familia y pediatras en 2007 a 5.747 en 2016.
El déficit de financiación y personal tiene consecuencias sobre los profesionales, que tienen que soportar una sobrecarga de trabajo "angustiosa" que los desmotiva y los somete a un "estado constante de estrés". De este modo, es habitual que los facultativos realicen entre 35 y 40 visitas diarias de media (sin incluir las visitas no presenciales) a menudo con más de un paciente asignado a la misma hora. "Todo ello en un tiempo de atención por paciente que no puede superar los seis u ocho minutos, de los cuales la mitad se dedican a introducir datos en el sistema informático", asegura el sindicato.
Por otra parte, los usuarios también sufren las consecuencias de la presión asistencial. Así, recogiendo datos del último barómetro sanitario del Ministerio de Sanidad, el 64% de los catalanes tienen que esperar más de cinco días para conseguir visita con su médico de cabecera y un 80% nunca o casi nunca pueden hacerlo el mismo día que piden la cita.
A los problemas de recursos se deben añadir otros de tipo organizativo que quedan autonomía a los profesionales, o los relacionados con el programa informático e-CAP, "un auténtico dolor de cabeza debido a un diseño poco amigable, una interacción enrevesada y modificaciones continuadas que desconciertan a los usuarios de la aplicación".
El personal de atención primaria ha pasado del malestar a la indignación. Así, en las últimas semanas, médicos y enfermeras del CAP Can Vidalet (Esplugues de Llobregat) han hecho un llamamiento a la rebelión de los profesionales por medio de un manifiesto que han dirigido al ICS. El documento se ha extendido por la red y, de momento, más de una quincena de equipos de atención primaria se han adherido a la protesta. Para MC, que avala las reivindicaciones de Can Vidalet, el agotamiento y el enojo de los trabajadores no debe sorprender a nadie, ya que se trata de situaciones y problemáticas ampliamente denunciadas por el mismo sindicato.
En este sentido, la organización recuerda que la presión asistencial que sufre la atención primaria es uno de sus principales caballos de batalla. Desde 2007, el sindicato médico ha reclamado medidas para acabar con la sobrecarga de las consultas y lo ha hecho por todas las vías, incluida la convocatoria de una huelga en 2008, bajo el lema "No me explotes", que fue mayoritariamente secundada por los facultativos de los CAP de Barcelona.
Desde entonces, MC ha alertado de manera reiterada del deterioro del primer nivel asistencial, una preocupación que llevó el sindicato a organizar, en febrero de 2015, un simposio específico sobre el estado "agonizante" de la atención primaria. En aquella jornada, expertos en el ámbito de la asistencia comunitaria y 150 médicos de familia y pediatras analizaron las causas de la situación y aportar soluciones para revertirla.
Concreción de medidas
La petición que MC ha formulado al ICS se acompaña de una serie de medidas que actúan sobre la raíz de los diferentes problemas que constriñen la atención primaria. La organización avisa de que la constitución de un grupo de trabajo sin un plan específico de actuación será "estéril", de ahí que plantea los puntos que, de forma urgente, se deben tratar en la comisión:
- Asignación para la atención primaria que represente un mínimo de un 20% del presupuesto de Salut.
- Máximo de 1.000 pacientes a cargo por médico de familia o pediatra.
- Máximo de 25 visitas diarias (presenciales y no presenciales).
- Sustitución de las jubilaciones de los últimos cinco años, las ausencias programadas y las superiores a 48 horas. En caso de no encontrar suplentes, compensación de los profesionales que realicen las coberturas.
- Erradicación de los contratos precarios.
- Elección de la dirección de los centros por los mismos trabajadores del equipo, garantizando también la participación en los procesos de evaluación.
- Obligatoriedad de presentar y negociar con los profesionales, en el primer trimestre de cada año, la propuesta de dirección por objetivos (DPO), basada en criterios éticos, clínicos y no económicos. Objetivos de los directores de centros, públicos y conocidos por el equipo.
- Reconocimiento de las enfermedades infecciosas y de la sobrecarga física o mental como enfermedades o accidentes laborales.
- Facilitar y promover la conciliación de la vida personal y laboral, especialmente en las reducciones de jornada por cuidado de familiares.
- Evaluación e implementación de los cambios necesarios en el programa e-CAP.
- Garantizar un plan individualizado de formación anual a propuesta de cada profesional.
- Adecuación de los niveles III y IV de carrera profesional a la realidad y las características de la atención primaria.
El sindicato médico alerta al ICS que se encuentra ante la oportunidad de recuperar la motivación y la confianza de los profesionales de atención primaria y le aconseja que no la deje escapar "a riesgo de que el hartazgo derive en una revuelta".