El 19 de mayo se celebra el Día Mundial del Médico y la Médica de Familia en un contexto difícil debido a la situación de extrema debilidad de la atención primaria y, por este motivo, Metges de Catalunya (MC) quiere poner de relieve la defensa de los valores centrales de la medicina familiar y comunitaria, como la continuidad de la relación médico-paciente, para prestigiar la especialidad.
Y lo hace porque, según sostiene, los sistemas sanitarios, desbordados por la falta de recursos y sobre todo de plantilla, han abandonado la relación longitudinal del paciente con su profesional (continuidad asistencial) y han apostado por cubrir la demanda del día en día a cualquier precio, "aunque sea rompiendo este vínculo".
Para MC, esta forma de optimizar el proceso asistencial va en contra de la salud de la población, ya que numerosos estudios demuestran que una duración más larga de la relación entre el médico o la médica de familia y sus pacientes se asocia a una disminución de los usos de los servicios de urgencias, de las hospitalizaciones y de las tasas de mortalidad.
Este es el caso de un trabajo de investigación noruego, publicado recientemente en la revista British Journal of General Practice, que evalúa los efectos de la continuidad longitudinal en más de 4,5 millones de personas. El análisis proporciona una evidencia sólida: si la relación médico-paciente ha durado más de 15 años, la probabilidad de acudir a urgencias, ingresar en un centro hospitalario o morir cae entre un 25% y un 30%.
Es por ello que la organización médica insta a las empresas sanitarias a promover la estabilidad entre el personal facultativo especialista en medicina familiar y comunitaria, y a mejorar las condiciones laborales y profesionales, con el objetivo de garantizar la fidelización y atracción del talento en el puesto de trabajo. "Solo así conseguiremos una plantilla robusta que posibilite la continuidad asistencial", señala.