La sobrecarga asistencial, la falta de motivación, la escasa realización profesional y las pésimas retribuciones, junto con el horario laboral, son las causas principales por las que un 50,7% del personal facultativo de pediatría de la atención primaria se ha planteado abandonar su trabajo o cambiar de ámbito de trabajo en los últimos meses.
Así lo revela la tercera y última entrega de la encuesta que ha realizado Metges de Catalunya (MC) a 377 pediatras de la red sanitaria pública y concertada. Los resultados también ponen de manifiesto el malestar del colectivo con sus equipos gestores, dado que un 83,8% considera que su empresa no ha tenido en cuenta "nunca" o casi nunca" la calidad asistencial de los servicios pediátricos de atención primaria. La percepción generalizada es que la función que desempeñan está infravalorada por las direcciones e instituciones sanitarias.
El sindicato publicó el pasado mes de mayo los primeros resultados del sondeo que indicaban, por un lado, que el 77% de las ausencias laborales por enfermedad, reducciones de jornada, vacaciones o cursos de formación no se cubren la mayoría de las veces, y por otro, que el 56% de los pediatras no haría reducción de jornada si pudiera conciliar la vida laboral y familiar.
Además, el 39% de las personas encuestadas afirmaba que su empresa no respeta el cupo de pacientes pactado en los acuerdos de salida de huelga de 2018 y 2019, y el 87% aseguraba que los centros de atención primaria (CAP) fuerzan o intercalan habitualmente visitas que no tienen cabida dentro de las agendas. Esta práctica hace que los profesionales no puedan dedicar el tiempo mínimo necesario para ofrecer una asistencia de calidad y con suficiente seguridad clínica para el paciente.
En conclusión, la vicepresidenta de MC y portavoz de la Agrupación de Pediatras, Ana Roca, manifiesta que la insuficiente dotación de pediatras y las pésimas condiciones de trabajo "hacen de la atención primaria un campo poco atractivo para la especialidad" y, por este motivo, reclama a Salut medidas inmediatas para disminuir la sobrecarga asistencial, favorecer la conciliación laboral, mejorar el acceso al desarrollo profesional y dignificar las retribuciones del colectivo. "Solo así podremos preservar la calidad de la atención pediátrica como pilar básico de nuestro sistema sanitario y social", argumenta.