Metges de Catalunya (MC) acusa al Hospital Josep Trueta de Girona de programar, desde el pasado 3 de marzo, cirugías mayores ambulatorias de oftalmología sin anestesiólogo –solo con un equipo formado por un facultativo oftalmólogo y tres enfermeros–, "una circunstancia anómala que no cumple los requisitos de seguridad óptimos para una atención de calidad ".
Para MC, este es "el principio de un camino muy tentador para las gerencias hospitalarias", a las que recuerda que "los criterios médicos deben prevalecer por encima de los económicos". En este sentido, señala que no se puede poner en juego la seguridad de los pacientes, promoviendo el cambio de competencias médicas o su derivación a otros colectivos, "ya que el enfermo confía en la profesionalidad, la formación y las capacidades de los facultativos".
En el caso de las intervenciones oculares que se realizan en el Trueta una vez por semana, el oftalmólogo asume la responsabilidad del acto quirúrgico y delega al enfermero la vigilancia y el control de las funciones vitales del paciente. La prevención y el tratamiento de las complicaciones que puedan surgir durante la operación (dolor, ansiedad, hipertensión o problemas cardiovasculares) recaen en el oftalmólogo.
El sindicato considera una "irregularidad" que profesionales que no han sido formados para llevar a cabo un acto anestésico, como los oftalmólogos o los enfermeros, se encarguen de competencias propias del especialista en anestesiología, "contraviniendo los protocolos asistenciales establecidos, las directrices de las sociedades científicas y la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) que designa las funciones de los profesionales de la salud".
Por otra parte, la organización recuerda que la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR) publicó en 2016 un manifiesto, en el que expresaba su preocupación por la “seguridad clínica" de los pacientes en los procesos de sedación practicados por profesionales que no son especialistas en anestesiología y reanimación.
Aunque en un principio las cirugías mayores ambulatorias de oftalmología, como las cataratas, no requieren de sedación, MC advierte que, si fuese necesaria en algún momento de la operación, la responsabilidad del procedimiento recaería en el oftalmólogo, "que no está formado para realizar esta función".
En la declaración de SEDAR, la entidad afirmaba que la sedación profunda "conlleva los mismos riesgos asociados de morbilidad y mortalidad que la anestesia general", y subrayaba que la presencia del anestesiólogo no solo garantiza la sedación adecuada para el procedimiento, sino que prevé la aparición de complicaciones mediante el control de las funciones vitales del paciente. En caso de que estas aparecieran, añadía, las podría tratar, ya que posee las competencias adecuadas.
A principios de 2014, el sindicato ya alertó del inicio de la pérdida de competencias médicas en los servicios de anestesiología, como parte de una estrategia gerencial para implantar un modelo de asistencia de bajo coste. La organización tildó la situación de "aberrante" e instó a los colegios médicos a actuar con firmeza en el control y vigilancia de la deontología y buena práctica de la medicina.