Alrededor de una década después de la entrada en vigor del decreto que modificaba la jornada de 35 horas y la aumentaba hasta las 37,5 horas a raíz de la crisis económica que comenzó el año 2008, el sistema sanitario catalán continúa sin recuperar dicho calendario laboral. Esta iba a ser una medida temporal para hacer frente a las dificultades del momento, pero desde entonces tan solo nueve comunidades autónomas han vuelto a instaurar la antigua jornada laboral.
Se trata de Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla – La Mancha, Extremadura, las Islas Canarias, el País Vasco, La Rioja y Navarra, cinco de las cuales han tomado la decisión en los últimos tres años –con la pandemia de por medio–. Y es que, si el colectivo médico ya se encontraba agotado por la sobrecarga laboral, la falta de personal y la alteración de las dinámicas de trabajo ocasionadas por los recortes, la situación desencadenada por el COVID-19 todavía ha agravado más el malestar físico y mental de los profesionales. Por este motivo, la reforma horaria en el sector es una necesidad cada vez más inaplazable.
En este sentido, Metges de Catalunya (MC) pide al Departamento de Salud que se recupere “urgentemente” la jornada de 35 horas semanales para todo el personal médico y sanitario del territorio. “Volver a la jornada laboral previa a los recortes mejoraría la calidad asistencial y aumentaría la seguridad clínica, ya que sería beneficioso para la salud mental del personal facultativo”, sostiene el sindicato.
No obstante, la organización recuerda que la medida debería ir acompañada de otras para que funcione, como una ampliación de las plantillas para vaciar buena parte de las agendas del personal médico y continuar cubriendo toda la carga de trabajo existente: “Esto permitiría disponer de más minutos para dedicar a cada visita y reducir los tiempos y las listas de espera de los pacientes, incrementando así a productividad de los médicos y médicas”.
Así pues, MC reclama a Salud que escuche las necesidades del colectivo y considere la jornada de 35 horas como “una prioridad a abordar para poder volver a ofrecer un servicio sanitario público óptimo a la ciudadanía”. Este sería un gran primer paso que acercaría a los facultativos al siguiente objetivo: las 32 horas semanales sin ningún tipo de reducción salarial.