Cada vez hay más empresas que apuestan por la jornada laboral de 32 horas o cuatro días a la semana. Desde que Más País puso sobre la mesa a principios del año pasado un proyecto piloto que contemplaba dicha reducción horaria con el objetivo de mejorar la salud mental de la población, este modelo de trabajo está ganando fuerza, llegando incluso a implantarse en grandes multinacionales. De hecho, la Generalitat Valenciana está a punto de poner en marcha un programa de ayudas para las compañías que reduzcan la semana laboral sin ninguna reducción de salario. Por otro lado, el Ministerio de Industria prepara un proyecto similar que asegura que estará disponible en otoño.
En este sentido, Metges de Catalunya (MC) se posiciona a favor de la reforma horaria y pide que también se incluya el personal facultativo –así como el resto de profesionales del sector sanitario– para poder poner fin al agotamiento físico y mental que sufren a raíz de la sobrecarga de trabajo, la prolongación excesiva de las jornadas laborales y la falta de personal. “Trabajar menos horas a la semana mejoraría la productividad de los médicos y médicas, que no se sentirían tan desgastados ni desmotivados, de modo que mejoraría la calidad asistencial y aumentaría la seguridad clínica”, sostiene el sindicato.
La organización es consciente de que esta reducción horaria conllevaría la necesidad de contratar más personal para poder continuar asumiendo toda la carga de trabajo. Según la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), habría que incorporar “un médico más por cada 11 profesionales actuales”, puesto que cada uno tiene asignados unos 1.500 pacientes de media. Así pues, teniendo en cuenta que los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad indican que hay unos 162.000 facultativos trabajando en España, se deberían contratar unos 14.730 profesionales más, favoreciendo también la creación de puestos de trabajo.
Aunque se redujera la jornada laboral ordinaria del personal facultativo, MC recuerda que también es necesario hacer otros cambios, como mejorar las condiciones laborales y retributivas, ampliar los tiempos de visita destinados a cada paciente en la atención primaria y facilitar la conciliación laboral, familiar y personal, entre otros, para lograr retener a los profesionales y que dejen de marcharse a otros países. “La reducción de la jornada a cuatro días supondría un gran paso porque mejoraría enormemente la salud mental de toda la ciudadanía. No obstante, se debe acompañar de otras medidas para que los pacientes se vean beneficiados y el sistema sanitario mejore realmente”, alerta la organización sindical.