Más de dos años después del inicio de la pandemia del COVID-19, sus efectos en la sociedad todavía perduran. Con el teletrabajo y la adaptación de las jornadas, el sector laboral es uno de los que más cambios ha sufrido desde entonces. En el caso de los facultativos, la situación de excepcionalidad por la crisis sanitaria, la sobrecarga de trabajo, y las bajas del personal contagiado o agotado –tanto física como mentalmente– han generado un “prolongamiento excesivo” de las jornadas. En este sentido, y teniendo en cuenta que desde hace más de una década los profesionales también arrastran el malestar y las consecuencias de los recortes, Metges de Catalunya (MC) urge al Govern a actuar para poner fin a la situación y mejorar la sanidad pública.
El pasado 5 de mayo se celebró la jornada Usos de los tiempos, 10 objetivos para la negociación colectiva, donde el director general de Relaciones Laborales, Trabajo Autónomo, Seguridad y Salud Laboral del Departamento de Empresa y Trabajo, Oscar Riu, manifestó que el Govern “está obligado a analizar y buscar soluciones para avanzar en derechos de los trabajadores, con la voluntad de adaptar las relaciones laborales a las necesidades de la sociedad”. Así pues, promovió el uso de “nuevas acciones y buenas prácticas” en cuanto a la desconexión digital y las largas jornadas de trabajo para evitar la Gran Dimisión que se inició en Estados Unidos en julio de 2020, cuando millones de personas insatisfechas con su trabajo decidieron dejarlo. No obstante, MC lo considera “palabras vacías” si no se ponen en práctica y denuncia la “pasividad institucional” del ejecutivo catalán ante la situación, ya que continúa sin reforzar los centros con más personal ni incrementar la dotación presupuestaria.
El acto también contó con la participación de la investigadora y directora del Instituto de Estudios del Trabajo de la Universidad Autónoma de Barcelona Pilar Carrasquer, que remarcó la “pluralidad de actores” en las relaciones laborales y la negociación colectiva, donde las organizaciones empresariales y sindicales juegan un papel clave. Por otro lado, puso sobre la mesa el debate de la reducción de la jornada laboral a cuatro días, recientemente aprobada en Bélgica. Sobre dicha cuestión, el sindicato ve “incomprensible” que en ciertos sectores se plantee trabajar 32,5 horas semanales mientras que los facultativos tienden a superar el límite europeo de las 48 horas a causa de la falta de personal sanitario y las ampliaciones de jornada encubiertas.
En este sentido, MC retrae a las administraciones que no traten a todos los empleados por igual, ya que si se cuida el bienestar laboral de algunos colectivos se debe tener también del de los médicos. Esto es, sobre todo, porque las consecuencias de trabajar en malas condiciones pueden ser mucho peores en esta profesión que en otras, ya que se trata de la salud de las personas.
Así pues, la organización recuerda que una mejora de las condiciones de trabajo del sector conseguiría revertir los efectos del síndrome de burnout que el 70% de los profesionales de la salud afirma sufrir. Y es que, si estos continúan haciendo sobreesfuerzos, sufriendo una sobrecarga de trabajo y no se les hace ninguna reducción de jornada, no se podrá alcanzar nunca una sanidad pública universal, equitativa y de calidad.