El diario Segre ha publicado este jueves una carta de los delegados y delegadas de Metges de Catalunya (MC) en Lleida en respuesta al artículo Se buscan médicos de familia, en el cual el Dr. Ramon Piñol, director operativo de los servicios sanitarios del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) en la provincia, señalaba que “en los últimos años los médicos de familia han dado una mala imagen de la especialidad afirmando que ‘todo es un desastre y que están quemados’”.
En el artículo, el sindicato ha transmitido la “indignación” de los profesionales de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) hacia estas palabras. Y es que la gran mayoría sufre síntomas de burnout por distintos motivos, como por ejemplo la “falta crónica” de profesionales estructurales, la autocobertura de trabajo que deben hacer ante la falta de substituciones del personal ausente, la sobresaturación de sus agendas y el insuficiente tiempo para atender a los pacientes con seguridad.
La elevada cantidad de tareas administrativas que deben realizar en su día a día, la imposibilidad de hacer formación, investigación y/o docencia durante su jornada laboral –y tener que dedicarle parte de su tiempo libre–, la incompatibilidad de los turnos con la conciliación de la vida familiar y el menoscabo del criterio de la especialidad de MFyC son factores que también afectan al malestar emocional y físico de estos profesionales.
Esta es la situación con la que se encuentran los estudiantes de Medicina y futuros residentes, “una realidad que les hace no escoger dicha especialidad y todavía menos hacerla en nuestro territorio”, señalan los delegados y delegadas de MC en el artículo publicado en el diario leridano.
En este sentido, los facultativos de medicina de familia denuncian que “el cambio que sufre la atención primaria de forma vertiginosa nos aboca a una evolución de la atención primaria que ya ha comenzado, con roles y responsabilidades diferentes en las que el médico acabará siendo un lujo al cual no todo el mundo podrá acceder cuando quiera”.
Manifiestan que, actualmente, en la medicina familiar “realmente todo es un desastre y estamos quemadísimos, pero gracias a nuestra paciencia, consciencia, responsabilidad y profesionalidad el sistema sanitario todavía se mantiene vivo, herido de muerte, pero vivo”. El sindicato médico advierte, pues, si no se toman medidas para mejorar las condiciones laborales de estos profesionales sanitarios, la medicina se convertirá en “una atención primaria sin médicos ni médicas”.