El secretario general de Metges de Catalunya (MC), Josep Maria Puig, se ha mostrado "totalmente de acuerdo" con las protestas que están protagonizando los trabajadores del Hospital General de Catalunya (HGC), ante la incertidumbre que ha generado el anuncio de oferta de compra del centro lanzada por el conseller de Salut, Antoni Comín, y ha manifestado que, si no se encuentra una solución "satisfactoria para todas las partes", el proceso debería detenerse.
En declaraciones a La Xarxa, Puig ha avalado el plan de Comín de expulsar el ánimo de lucro del sistema sanitario público, pero "no a cualquier precio". "Esta idea política no se puede llevar por delante las vidas profesionales y laborales de los trabajadores, ni del HGC ni de cualquier otro centro que pueda verse afectado por una reordenación", ha añadido.
El dirigente sindical ha defendido los intereses legítimos de la plantilla del hospital y ha lamentado que la situación se haya envenenado hasta el punto de formarse un "nudo gordiano" difícil de deshacer. "La afirmación del conseller de que no habrán puestos de trabajo en peligro, si finalmente la Generalitat adquiere el centro, suena muy bien, pero habrá que ver de qué manera el erario público se puede hacer cargo de la nómina de 1.200 trabajadores más sin aumentar el presupuesto", ha señalado.
Además, Puig ha reclamado una salida para los pacientes privados y de mutuas que actualmente son atendidos en el HGC y que suponen cerca del 80% de la facturación del centro, ya que "no se les puede dejar en una jaima junto al hospital".
Con todo, ha insistido en la conveniencia de separar la sanidad pública de la privada, para que no convivan en un mismo centro de salud y evitar, de esta manera, conflictos de intereses obvios. "Tenemos el convencimiento –ha explicado– que la sanidad privada debe circular por una vía y la actividad pública por otra paralela", sin converger.