
Metges de Catalunya (MC) alerta sobre la “profunda desigualdad territorial” en el acceso a los servicios sanitarios, según se desprende del informe sobre la distribución de los equipamientos que ha realizado el sindicato a partir de datos oficiales del Ministerio de Sanidad y de la Generalitat de Catalunya, presentado este miércoles en rueda de prensa. La organización ha escogido ocho equipamientos por su impacto directo sobre las listas de espera de pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas, uno de los “problemas crónicos” de la sanidad catalana. En concreto, el informe ha analizado la cantidad y distribución territorial de camas hospitalarias, boxes de urgencias, camas de UCI, quirófanos, TACs, equipos de resonancia magnética, mamógrafos y fibroscopios. El sindicato considera que esta información pone de manifiesto la “carencia de planificación y equidad en la dotación de equipamientos médicos esenciales”.
El estudio muestra que algunas regiones sanitarias presentan una disponibilidad de equipamientos muy inferior a la media. Por ejemplo, en la región de Lleida, que cuenta con 375.000 habitantes, solo hay un mamógrafo y no dispone de ningún fibroscopio ni ningún equipo de radiodiagnóstico (resonancia magnética nuclear), según los datos públicos. Además, solo dispone de tres boxes de urgencias. Por el contrario, la región sanitaria de Alto Pirineo y Arán, con poco más de 75.000 habitantes, tiene 28 boxes de atención continuada, tres mamógrafos y 10 fibroscopios. Ahora bien, no cuenta con ninguna cama de UCI. Las regiones sanitarias de Camp de Tarragona y Cataluña Central, paradójicamente, solo disponen de un mamógrafo cada una.
Aun así, si hay una región en especial descompensada es precisamente la más habitada de Cataluña. La Región Sanitaria de Metropolitana Norte, con una población superior a los dos millones de habitantes que incluye varias comarcas y municipios del área metropolitana de Barcelona, como el Vallès Occidental, el Vallès Oriental, el Maresme y parte del Barcelonés Norte, destaca por su baja cifra de quirófanos (83) y camas hospitalarias (13,66 por cada 10.000 habitantes), en ambos casos por debajo de la media catalana.
Las consecuencias de esta desigualdad se reflejan en los tiempos de espera para acceder a pruebas diagnósticas. En la Metropolitana Norte, los pacientes pueden esperar hasta 185 días para una resonancia magnética o 294 días para una endoscopia digestiva. Esta región registra las esperas medias más elevadas para todas las pruebas analizadas, a pesar de no ser la que cuenta con menos recursos. Un hecho que, a parecer del sindicato, “apunta directamente al déficit de profesionales”.
Con todo, MC hace patente la contradicción que, según los datos registrados, hay centros con procedimientos realizados y pacientes en lista de espera por los cuales se requieren unos equipamientos que no constan como disponibles en las respectivas regiones sanitarias. En este sentido, el sindicato señala dos posibilidades: “el registro es incorrecto, o bien los pacientes son derivados a terceros”.
El vicepresidente de MC y coordinador del informe, Josep Maria Serra, ha alertado que, tomando como referencia los datos publicados a webs oficiales de la administración, el sistema sanitario catalán sufre una “profunda iniquidad territorial”. Mientras algunas regiones, como el Alto Pirineo y Arán, disponen de recursos muy por encima de su población, otros se ven gravemente infradotadas. Esta realidad “pone en entredicho el principio de equidad que tendría que regir el sistema público, y evidencia la necesidad urgente de una planificación sanitaria rigurosa basada en criterios poblacionales y asistenciales”.
Registro de profesionales
Para que el informe sea completo, la organización ha pedido a Salud que haga público el acceso al registro de profesionales sanitarios que, según ha anunciado la consejera Olga Pané, ya ha finalizado. En este sentido, Serra ha explicado que la planificación sanitaria depende de tres factores: población y servicios a ofrecer, equipamientos necesarios y plantilla de profesionales disponible.
“Tenemos que revisar el mapa sanitario del país y el plan de inversiones para asegurar que el sistema es equitativo y accesible. Por eso, también tenemos que conocer con la máxima precisión posible la dotación de profesionales especializados de todo el territorio”, ha remarcado.
El sindicato ha mostrado su voluntad de colaborar con el departamento en el análisis de los datos y la toma de decisiones para que la ciudadanía tenga un acceso más justo e igualitario a la atención sanitaria. “La falta de planificación no solo genera desigualdades, sino que pone en riesgo la salud y el bienestar de miles de personas por el simple hecho de tener un código postal u otro”.