El envejecimiento progresivo de la población, el incremento de la esperanza de vida y los avances médicos conseguidos durante las últimas décadas, entre otros factores, han modificado el perfil patológico de los pacientes, aumentando el nombre de enfermos crónicos, que son más frágiles y vulnerables.
La cronicidad se ha convertido, pues, en uno de los grandes retos del sistema sanitario público actual, ya que estas afecciones son cada vez más frecuentes y suponen una carga asistencial cada vez más significativa. En este sentido, Metges de Catalunya (MC) destaca la importancia de que sea personal facultativo quien dé continuidad asistencial a los pacientes crónicos. “La complejidad de estos enfermos hace necesario su seguimiento por parte de profesionales médicos, ya que son los que disponen de los conocimientos necesarios para hacerlo con eficiencia”, manifiesta la organización.
Así lo dicta también la Justicia, que el pasado mes de abril anuló dos resoluciones del Consejo General de Enfermería (CGE) por competencias atribuidas a personal enfermero en la atención de pacientes crónicos y continuidad asistencial. Entre los argumentos, el Tribunal sostenía que se asignan “competencias que por su especial complejidad técnica correspondería asumir a los médicos”.
Ante esta situación, el sindicato médico recuerda la reivindicación que hizo unos días atrás al pedir a la Administración que vincule el rol competencial de cada profesional sanitario a su oficio. “La falta de personal facultativo que sufre el sistema sanitario público catalán no puede servir de excusa para delegar prácticas y procedimientos a otros colectivos sanitarios”, denuncia MC, que promueve la buena praxis para garantizar la seguridad clínica tanto de los pacientes como de los trabajadores.
En esta línea, la organización insiste en que la solución pasa por destinar más recursos y mejorar las condiciones laborales y retributivas de los médicos y médicas para poder retener el máximo talento posible formado en nuestro territorio, evitando que se vayan a otras comunidades autónomas o países. Así, el personal facultativo dispondría del tiempo suficiente para atender a la totalidad de la población, especialmente a los enfermos crónicos, garantizando un abordaje integral y óptimo.