Tres años después de la fecha exacta en la que Metges de Catalunya (MC) alcanzaba los 100 años -27 marzo de 2020- el sindicato médico más antiguo de Europa ha podido conmemorar su centenario, aplazado hasta en tres ocasiones a causa de la pandemia. Más de 500 personas han asistido al acto celebrado este jueves en el Palau de la Música Catalana que ha contado con la presencia del consejero de Salud, Manel Balcells, quien ha representado también al Govern de la Generalitat, y de la vicepresidenta segunda del Parlament, Assumpta Escarp, en representación de la sede de la soberanía del pueblo de Catalunya. Asimismo, han asistido al acto los altos cargos del Departamento de Salud, el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) y el Instituto Catalán de la Salud (ICS), exconsejeros de Salud, así como representantes de los colegios profesionales, sociedades científicas, la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Cataluña y Baleares y otras entidades sanitarias catalanas.
La periodista Ana Boadas ha sido la encargada de conducir el acto, dividido en tres mesas redondas y la actuación musical de la coral Gospel Vallès. El presidente de MC, Jordi Cruz, ha ofrecido el discurso inaugural y ha presentado el sindicato como una organización "transversal y profundamente democrática" que desde sus inicios "ha trabajado por el bienestar de los médicos y médicas del país, pero también para contribuir a la mejor organización del sistema sanitario público”. Cruz ha destacado la presencia en el acto de los familiares de Pere Mas Oliver, secretario general del sindicato durante los años veinte y treinta que trasladó el testimonio del Sindicat de Metges de Catalunya (SMS) a los facultativos que a finales de los años setenta, con la recuperación de la democracia, reflotaron la organización.
Precisamente, la historia de MC ha sido la protagonista de la primera mesa redonda. El propio Jordi Cruz y el historiador Josep Lluís Martín i Berbois, autor del libro “Metges de Catalunya 1920-2020. Cien años de medicina, sindicalismo y país”, han repasado los hechos más destacados de la fundación, los primeros años de vida y los logros de una organización sindical profesional que “ha sobrevivido a tres dictaduras y dos clausuras”. El 27 de marzo de 1920 se constituye oficialmente el Sindicat de Metges de Catalunya (SMC) en el Ateneu Empordanes de Barcelona.
500 médicos asisten al acto de presentación con las autoridades políticas del momento. La nueva organización crece rápidamente y en pocos meses cuenta con el 70% de los facultativos catalanes afiliados. Desde el primer momento, la entidad tiene la voluntad de colaborar con la Generalitat en la planificación del sistema sanitario del Principado, y así fue durante los años de la Mancomunitat y, especialmente, en la Segunda República, cuando el sindicato se pone al servicio del Govern de la Generalitat y presenta al presidente, Francesc Macià, la ponencia 'Sanidad-Higiene y Beneficencia' que serviría de base de discusión en el Parlament de Catalunya y que se tendría en cuenta en el despliegue de las competencias sanitarias de Estatuto de Núria (1932).
Los primeros años de existencia del SMC también están marcados por la creación de sus entidades filiales (Mutual Médica, Cooperativa de Consumo y Caja de Previsión y Crédito) y sobre todo por la construcción del Casal del Metge, edificio emblemático del centro de Barcelona que, desde su inauguración, el 10 de diciembre de 1932, y hasta el inicio de la Guerra Civil, se convierte en uno de los epicentros sociales, culturales y políticos de la capital catalana. El estallido de la guerra, en julio de 1936, la revolución anarquista de los primeros años de contienda y la represión fascista, una vez finalizado el conflicto, llevan al sindicato a la desaparición. A partir de los años setenta, un grupo de médicos recupera el espíritu y la memoria del SMC, que reanuda su actividad hasta su integración con la Federación de Asociaciones de Médicos de Hospitales de Cataluña (FAMHOC), refundando el sindicato con el nombre de Metges de Catalunya en 2002.
La segunda mesa de debate, El futuro del sindicalismo y la feminización del sector, ha arrancado con una reflexión de Sara Moreno, profesora de Sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), sobre el impacto de la digitalización en el mundo laboral, pues considera que genera una “individualización” que perjudica al tipo de trabajo y las relaciones laborales. Por ello, cree que uno de los roles principales que deben tener los sindicatos en la actualidad es “recuperar la capacidad de persuasión de la palabra” para conseguir cohesión entre las personas trabajadoras y acabar con este individualismo causado por las redes sociales y las nuevas formas de comunicación surgidas de éstas.
Por su parte, la abogada del Colectivo AiDE y profesora de Derecho del Trabajo en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, Mireia Montesinos, ha analizado el “impacto” y el cambio en las estructuras sociales y laborales que están teniendo las herramientas de inteligencia artificial en el modo de trabajar en sanidad: “Hay nuevos sistemas de vigilancia de las personas y una persecución de los datos médicos que son un peligro”. Teniendo en cuenta este panorama, ha destacado dos retos a los que el sindicato ha de hacer frente: mantener la dignificación de la profesión, ya que “el acto médico es esencialmente humano”, y continuar colectivizando en el espacio de la individualidad este mensaje, pues “todo está relacionado y, como mejor estén los médicos y médicas, mejor será la atención médica que recibirá la ciudadanía”.
En cuanto a la feminización del sector, Moreno ha destacado que ésta no solo pasa por incrementar el número de mujeres, sino que también hay que “cambiar la manera de hacer las cosas”. De hecho, actualmente el número de facultativas ya es superior al de facultativos, pero el porcentaje de mujeres en cargos de liderazgo todavía es muy escaso. Por lo tanto, sugirió que “mientras la sociedad no las ponga, quizá hay que forzar su presencia para ir haciendo cambios en estructuras de liderazgo”.
Sobre esta misma cuestión, Montesinos también ha puesto de manifiesto “la necesidad de introducir la perspectiva de género en las negociaciones colectivas” con independencia del porcentaje de mujeres que haya. Ha recordado que hay estudios que demuestran que las profesiones que se feminizan acostumbran a “desvalorizarse”, de modo que hay que tener este aspecto en cuenta a la hora de abordar la negociación colectiva y la feminización de la profesión médica.
Por último, la abogada ha denunciado la situación de precariedad en la que se encuentran los médicos y médicas jóvenes, que “se quejan y con razón” de sus malas condiciones laborales y retributivas. “Las nuevas generaciones dan mucha importancia a la gestión del tiempo de trabajo y del tiempo de ocio, de modo que se ha convertido en uno de los grandes retos que ha de afrontar el sindicato”, ha destacado. En este sentido, Moreno se ha mostrado partidaria de una reducción horaria diaria siempre que sea posible, aplicando “medidas que no polaricen”.
Por otra parte, tres delegadas de MC en representación de tres generaciones diferentes han sido las protagonistas de la última mesa redonda del acto. Ia Jaumà, médica de familia en el CAP Banyoles; Irene Bermell, anestesióloga en el Hospital de Bellvitge y Neus Muñoz, internista en el Hospital de Terrassa han dibujado el día a día de la profesión y su relación con el sindicato.
"Ser médica de familia me ha permitido acompañar a las personas que han depositado su confianza en mí y he tenido la suerte de que de los 35 años que llevo trabajando en la atención primaria, 25 lo he podido hacer con la misma población", ha explicado Jaumà que ha destacado que esta longitudinalidad en el ejercicio médico es lo que más le ha enriquecido. "Poder conocer a las personas, sus familias, sus etapas vitales y el vínculo que creas con ellas es lo que me ha dado sentido a ser y hacer de médico", ha afirmado.
Por su parte, Bermell ha narrado cómo vivió una “verdadera epifanía” cuando tuvo el primer contacto con la especialidad de anestesiología durante la carrera de Medicina: “Ante mí, tenía a una persona que para mantener la salud debía someterse a una gran cirugía abdominal y eso era posible porque detrás había un profesional que antes, durante y después de la intervención hizo que su cuerpo funcionara con toda normalidad”.
Muñoz ha relatado que, desde pequeña, ya le interesaba todo lo relacionado con el cuerpo humano. “Al final tenía claro que mi trabajo debía ser ayudar a la gente y elegí hacer Medicina. Soy la primera médica de mi familia y no sé si habrá más después (risas). Empecé ilusionada, llena de romanticismo, pero cuando inicias la residencia ya te encuentras sorpresas como las guardias de 24 horas o ver a pacientes en el pasillo. La transición es bastante dura”, ha dicho.
Esta cruda realidad del ejercicio de la medicina, con poco tiempo para poder atender correctamente a los pacientes, ha sido compartida por sus dos compañeras de mesa. “Me entristece y estoy decepcionada porque las empresas de salud y la Administración no cuidan de sus profesionales como nosotros cuidamos de nuestros pacientes (...). Todos los gobiernos, de todos los colores, se han aprovechado de este rasgo vocacional que acompaña a la profesión. Nos sentimos maltratados”, espetó Jaumà que ha arrancado el aplauso del público. "La lástima es que hemos pasado del romanticismo de los primeros días a la complejidad del día a día ya la dureza de las guardias", ha añadido Bermell que ha aprovechado para hacer un símil entre el góspel y las guardias: "Escuchando la música de la coral he pensado que las guardias, a cierta edad, ya son un poco gospel, porque empiezas la guardia praying y, cuando acabas, te vas a casa singing Allelluyah”.
El poco tiempo para formarse y ponerse al día para dar una calidad asistencial digna también ha sido motivo de crítica por parte de las tres delegadas sindicales. “Toda la formación debes hacerla en casa. Sacrificamos mucho tiempo personal”, ha dicho Muñoz que ha reconocido, sin embargo, sentirse afortunada de su trabajo, si bien “las condiciones laborales con las que trabajamos no me gustan”.
Por último, las médicas han reclamado al sindicato que "no se deje engatusar" en los procesos de negociación abiertos con la Administración y que "se mantenga muy firme" con los objetivos marcados para dar la vuelta a la actual crisis de modelo. Aparte, han hecho un llamamiento para que las jóvenes generaciones se sumen a la organización, "ya que nos queda mucho camino y la lucha será larga".
Tras las tres mesas redondas, el secretario general de MC, Xavier Lleonart, ha ofrecido el discurso institucional del acto. El responsable sindical ha puesto de relevancia la penetrancia de la organización entre el colectivo médico, cerca del 50% del personal facultativo en ejercicio afiliado a la organización. Lleonart ha asegurado que el sistema sanitario catalán se encuentra en un momento "crítico" después de los recortes derivados de la crisis económica del año 2010 y el "conmoción" provocada por la COVID. "En estas circunstancias, es necesario, con urgencia, pero con sensatez, reorganizar y rediseñar el sistema, y éste es uno de los objetivos de la mesa médica que Metges de Catalunya ha alcanzado gracias al extraordinario éxito de la huelga de facultativos del pasado enero", ha expresado. La profesión médica, ha añadido, se siente "amenazada y cuestionada". En este sentido, "si le sumamos la crisis demográfica, la precarización y las malas condiciones laborales y retributivas en comparación con nuestro entorno, la situación resulta muy crítica".
Con todo, Lleonart ha recordado que la medicina es "una disciplina del conocimiento humano extraordinaria" y la profesión médica sigue siendo "soñada, respetada y admirada". El secretario general ha remarcado la voluntad del sindicato de contribuir a la mejora del sistema público de salud. "Seguimos teniendo vocaciones y jóvenes ilusionados, esto es extraordinariamente positivo y no se puede derrochar".
El consejero de Salud, Manel Balcells, ha cerrado el acto agradeciendo la defensa de la profesión que realiza MC. “Trabajáis por un sistema público de calidad, con más equidad, y para dignificar la profesión médica. Nosotros también. Tenemos diferencias, pero compartimos la misma lucha”, ha afirmado.
Balcells ha reconocido que la huelga médica del pasado enero "fue un éxito" que les obligó a negociar. En este sentido, ha asegurado que la mesa médica "no es para perder el tiempo ni para engañar, pero las cosas complejas no se pueden hacer de un día para otro". Así, en el acuerdo de salida de huelga “nos dimos un margen de confianza y de trabajo, y no decepcionaremos. Continuaremos avanzando y trabajando para mejorar las condiciones”.
El mandatario ha admitido que "hay mucho trabajo por hacer" y "no podemos hacerlo sin vosotros, ni tampoco con vosotros en contra".