Metges de Catalunya (MC) lanza un mensaje directo al personal facultativo con responsabilidades directivas y de gestión, a quien recuerda que la actualización y revisión del Código de Deontología del Consell de Col·legis de Metges de Catalunya (CCMC), vigente desde el pasado 5 de febrero, les obliga a “velar para que los profesionales sanitarios trabajen en las mejores condiciones posibles, y para que los centros y dispositivos sanitarios donde trabajan dispongan de los recursos humanos y materiales que les permitan una asistencia adecuada”.
Así lo especifica la norma 98 del código, incluida en el capítulo dedicado al ejercicio de la medicina en las instituciones, que como el resto de los principios del articulado –139 en total– son de “obligado cumplimiento para la recta conducta que el médico debe observar en el ejercicio de su actividad profesional, en la relación con los enfermos, con la sociedad, con otros profesionales de la salud y entre los propios médicos”, según se señala en el preámbulo del documento refundido.
El sindicato hace esta advertencia después de que haya estallado un nuevo foco de protesta para denunciar la carencia de personal y la sobrecarga de trabajo que sufren los profesionales sanitarios, en este caso del Complex Assistencial en Salut Mental Benito Menni (Sant Boi de Llobregat), que se suma a las últimas movilizaciones protagonizadas por las plantillas de los hospitales de Palamós, Mollet, El Vendrell, Mar (Barcelona), Santa Caterina (Girona) y Figueres para exigir límites a la precariedad laboral.
Este malestar por las pésimas condiciones laborales y profesionales del personal sanitario, desbordado después de dos años de pandemia y más de una década de recortes, se extiende también a los grandes hospitales públicos y a la red de atención primaria. "Toda la cadena asistencial de los grandes centros hospitalarios se resiente de una presión elevadísima que se mantiene prácticamente sin pausa desde hace dos años”, afirmó el pasado mes de febrero el presidente del Sector Hospitales ICS del sindicato, José Ángel Montañés, quien aseguró que la coyuntura actual ha llevado al personal facultativo "al límite de su capacidad de resistencia".
En el caso del primer nivel asistencial, la plantilla médica lleva mucho tiempo en pie de guerra por la falta de manos, incluso desde antes de la pandemia. En 2018 MC convocó una huelga en la atención primaria pública y concertada para reclamar la disminución de las cargas asistenciales, la reposición de los más de 900 profesionales perdidos con los recortes sanitarios y la recuperación del poder adquisitivo arrebatado desde 2010. La indignación ha ido creciendo hasta el día de hoy, que la situación es del todo insostenible. El exceso de trabajo y la escasez de personal está afectando de forma notable a la salud física y mental de los sanitarios, con especial incidencia entre los médicos y médicas de los centros de atención primaria (CAP), como refleja el último estudio de burnout médico realizado por la organización.